
Rodríguez Silva
07 May 2025 - 07 Jun 2025
Bajo el título Eco, Rodríguez Silva (Olivares, Sevilla, 1960) presenta su quinto proyecto expositivo en la galería Fernando Pradilla. La muestra reúne una selección de obras en lienzo y papel realizada en los dos últimos años; un trabajo afincado en la geometría y enfocado esencialmente a la investigación con los materiales artísticos y las consecuencias plásticas de su exposición a circunstancias concretas.
Eco se articula a través de las series Sensación geométrica, Subir al mar, Simultánea y Todo en algún lugar, utilizando el lino y el papel como los soportes de estos nuevos trabajos. Se trata de composiciones que condensan el repertorio lingüístico de este artista, caracterizado por el pensamiento esquemático, la presencia matérica, la disciplina del diagrama, el soporte como presencia activa; la sencillez, en definitiva, de los planteamientos y la ejecución.
Rodríguez Silva exhibe por primera vez lienzos pictóricos -sus soportes habituales han sido el aluminio, el hierro o el papel-, pero para el artista, el lienzo va más allá de su función de soporte para competir conceptualmente con la pintura, supeditada al carácter matérico y volumétrico del objeto-lienzo, observando la presencia de la sustancia pictórica, ya sea acuosa como la pintura acrílica o grasa como el óleo y la cera. Estamos ante un artista que se define como pintor que trabaja la tercera dimensión, que exhorta al espectador a percibir y sentir las cualidades físicas de la forma y el espacio, la naturaleza sensible de los materiales, y la conexión con el proceso pictórico.
El título de la muestra Eco, más que a una repetición sonora que se va desvaneciendo en el tiempo y el espacio, alude en su obra a un ritmo permanente, a una sucesión ordenada y cadenciosa que se mantiene emitiendo resonancias activas, ecos de una pintura presente y ausente a la vez, intuida y prevista, expansiva y siempre polisémica.
Así, la exposición va recorriendo rectángulos horizontales saturados de color blanco, diferenciados entre sí por ligeras variaciones tonales que resultan en una superficie blanca, delimitada volumétricamente por las aristas del lienzo, un «cuadro de un cuadro» como ocurre en las obras de la serie Sensación geométrica. O los lienzos invadidos de forma sutil, a expensas de su forma, color o textura de Subir al mar, piezas realizadas por acumulación de sucesivas capas de pintura blanca semitransparente, que procuran que el propio color de la tela subyazca e influya decisivamente en el aspecto final de la obra.
Los trabajos sobre papel, soporte tan apreciado por Rodríguez Silva, se hallan en la serie Todo en algún lugar, una yuxtaposición de módulos rectangulares con su diagonal intervenida, dispuestos sobre una estructura pautada a la manera de una celosía. Presentada la pintura en sus anverso y reverso, unas veces está visible y otras oculta, pero con su presencia delatada debido a la transparencia del soporte y a las señales inevitables del proceso.
Basada en el concepto de ornamentación modular presente en multitud de fachadas de edificios históricos de la ciudad de Segovia, los denominados esgrafiados, Rodríguez Silva nos avanza una selección de trabajos de su serie Simultánea, correspondiente al «Proyecto Quintanar»; un site-specific que presentará en julio de este año en el Palacio Quintanar de Segovia. En estos lienzos, el artista aplica la pintura en forma de rectángulos lineales aislados y dispuestos rítmicamente conforme a un diagrama, ocupando mínimamente la superficie del lienzo y dejando que el soporte gane en protagonismo. Se trata de unos cuadros desnudos surcados por multitud de pequeñas escenas visibles simultáneamente.
Rodríguez Silva ha expresado siempre su admiración por la primera generación del Minimal, con Donald Judd y Robert Morris como sus grandes referentes. «El Minimal dirige la experiencia del espectador al plano de la fenomenología, incorporando también el cuerpo y el espacio en el juego perceptivo. En las obras de nuestro artista el espacio circundante alrededor de las obras es fundamental para que éstas se explayen en toda su magnitud, situándolas estratégicamente para actuar como vínculos entre una y otra. Los juegos visuales actúan como palabras que, al juntarse, nos ayudan a comprender el texto completo. Nada se deja al azar, todo tiene su sitio y sentido. Por eso, en el caso de Rodríguez Silva es más apropiado hablar de intervenciones que de exposiciones». […] «Esa persecución de lo esencial, ese ir hacia el verdadero latido del arte en cualquiera de sus manifestaciones. Esa es la búsqueda auténtica de un creador, y en ese camino es donde nos encontramos a Rodríguez Silva, en ese despojarse de lo superfluo para encontrar lo primordial, en ese entornar los ojos que nos deja ver». [E.F.M.]